Una discoteca matinal
La fiesta empieza a las 6:30 a.m. con café, cruasán y jugos de frutas.
Se llega, se baila, se suda, se desayuna y luego, a trabajar. Es el orden del día para quienes asisten a una Morning Glory o mañana gloriosa, cada mes, en Londres.
Esta actividad no funciona como un gimnasio. Tampoco es una discoteca. Ni siquiera es un lugar. Es una idea que está triunfando y que atrae a cientos de profesionales londinenses que buscan empezar el día de una manera saludable.
“Las mañanas son terribles en una ciudad como esta, personas hacinadas en el metro, mirándose con tristeza y sintiéndose peor. Necesitábamos hacer algo”, cuenta Sam Moyo, una de las creadoras de Morning Glory.
“Nos encantan las fiestas, pero tienen un precio: el guayabo y las pocas horas de sueño. Así que decidimos tomar lo bueno y eliminar lo malo, al fin y al cabo los seres humanos hemos nacido para bailar, en nuestra humilde opinión. Muchas personas se levantan y van al gimnasio, pero nosotros pensamos en una manera más agradable de acelerar el corazón y levantar el ánimo”.
Y es así como en una bodega, casi en el centro de Londres, y desde las 6:30 de la mañana, la música empieza a sonar, y ejecutivos, secretarias, profesores o estudiantes llegan para recargar las pilas y bailar como si se tratara del fin del mundo.
“Esta idea es para todos, pero quizás especialmente para las personas que más lo necesitan, que están confinados en sus computadores 10 horas al día”, cuenta Nico Thoemmes, otro de los creadores.
La iniciativa está siendo un éxito también en los medios de comunicación en Europa y en las redes sociales. La idea es simple pero innovadora: un DJ, una tarima, personajes en piyama liderando el baile, un mico de peluche que vuela entre el público cual estrella de rock, masajes gratis pero, eso si, nada de alcohol ni drogas. Solo hay jugos, café, cruasán y energía pura y contagiosa.